sábado, 5 de abril de 2025

La figura de María Salomé en la Semana Santa de Sevilla

 

Con frecuencia se habla de las tres Marías o las Santas Mujeres aparte de María Santísima, la madre de Jesús. Junto con otras piadosas mujeres, también seguidoras del Maestro, tuvieron el atrevimiento de llegar hasta el Calvario. Mateo habla de “muchas mujeres mirando desde lejos que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle”. Marcos también da testimonio de que había más mujeres además de las que cita por sus nombres. Lucas habla de “las mujeres que le habían seguido desde Galilea” pero no da nombres. Y Juan las designa con nombres propios, aunque su texto deja cierta confusión. Históricamente se ha considerado que las tres Marías eran María Magdalena, María la de Cleofás o Clopas, y María Salomé. De esta manera, los Evangelios nos presentan la figura de María Salomé como esposa de Zebedeo y madre de Juan y Santiago el Mayor. Incluso se cree que era hermana de María, la madre de Jesucristo. Fue seguidora de Cristo y una de las mujeres de Galilea presentes en la crucifixión. Visitó la tumba y allí recibió el mensaje de que Jesús había resucitado. Poco más se puede añadir.  

En Santiago de Compostela existe un templo dedicado a ella construido en el s. XII. Es patrona de Bonares, pueblo de la provincia de Huelva, y su festividad se celebra el 22 de octubre. 

En sus representaciones iconográficas suele portar atributos como una urna o jarra de perfumes y esencias. La Semana Santa de Sevilla le reserva un lugar en sus monumentales pasos hasta en 8 cofradías. No forma parte del título oficial de ninguna de ellas siendo figura secundaria en cada pasaje que hace estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. 


A continuación ofrecemos la relación de imágenes de María Salomé que aparecen en las Hermandades de la Semana Santa de Sevilla por orden cronológico:

 

Lunes Santo

·       Santa Marta

Tallada en 1956 por Luis Ortega Bru.

 

Miércoles Santo

·       La Lanzada

Tallada en 1810 por Juan de Astorga.

 

·       Las Siete Palabras

Tallada en 1865 por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano o adquirida a la Hermandad de Pasión.

 

Jueves Santo

·       La Quinta Angustia

Tallada en 1633 por Pedro Nieto.

  

Viernes Santo

·       La Carretería

Tallada en torno a 1677 por Luis Antonio de los Arcos, marido de Luisa Roldán y yerno de Pedro Roldán.

 

·       La Sagrada Mortaja

Tallada sobre 1710 por Pedro Roldán “El mozo”, hijo de Pedro Roldán y hermano de Luisa Roldán.

 

Sábado Santo

·       La Trinidad

Talla anónima de finales del XVI o principios del XVII.

 

·       El Santo Entierro

Tallada en 1829 por Juan de Astorga.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Hablando de 2024

Cuando el año está anunciando su fin, podría ser conveniente hacer balance de lo que ha dado de sí con sus virtudes y sus defectos. Lo ideal sería llegar a la deseada conclusión de que haya sido provechoso, al menos en los planos espiritual e intelectual. Que no quede el mal sabor de boca por haber perdido el tiempo o no haber sabido aprovecharlo adecuadamente. Cada cual sabrá en su propia casa. En ello estamos.

Que el nuevo año 2025 (cuadrado de 45) sea, como mínimo, amable con nuestros anhelados proyectos.














viernes, 18 de octubre de 2024

El sentido y la mirada

Desde donde alce el vuelo ausente

la mirada hasta perderse en los altillos

del tiempo como un susurro a voces

que al punto la eternidad atraviese,

desde donde el más tímido recuerdo

suspire en silencio ahíto de esperanza

para convertirse en beso elocuente,

existe amable un sereno azul infinito

de muy remotos pensamientos curados,

ocultos a conciencia entre el fugaz brillo

de los ojos y el sentido mayor del alma,

nada que cielos y tierra no entiendan,

obra que la firme cadencia de las horas

anuncia cerrada la noche sin reservas.



martes, 8 de octubre de 2024

Claroscuros de otoño

Los tristes y sobrecogedores sucesos ocurridos en las últimas semanas lo dejan a uno casi sin aliento y con el corazón latiendo muy bajito como para no molestar haciendo demasiado ruido, o tal vez con un vigor inusitado como queriendo hacer un sobreesfuerzo por mantener a salvo el hilo del que casi siempre parece pender la vida. Y con todo, aún hallamos al amanecer razones y motivos para no desfallecer en el intento, para no rendirnos por muy descorazonadoras que sean las evidencias que la cruda realidad nos muestra sin clemencia. El camino es el que es y no hay otro, de verdad que no hay otro. No podemos cambiar lo que pasa a nuestro alrededor. No podemos hacer que todo vuelva atrás para que las cosas ocurran de nuevo como cuando se suplica una segunda oportunidad. Hay cosas que suceden en un sólo ensayo y luego no hay retorno para tratar de que salgan mejor.

Creo que con el correr de los años se nos van quedando atrás otras vidas que hemos tenido el privilegio de disfrutar en otros lejanos escenarios junto a personas y animales que nos amaron y a los que amamos pero que desgraciadamente por unas circunstancias u otras ya no están con nosotros. Sin embargo, nos quedan los recuerdos, la memoria y las más o menos profundas emociones compartidas con ellas que van llenando ese equipaje inmaterial que cada uno conserva celosamente como quien guarda el tesoro más preciado en el mejor de los lugares posibles. Después de todo, lo que encontramos es un aprendizaje, un continuo aprendizaje de esta existencia que no conviene descuidar. Pero hay momentos difíciles de esta vida en que uno se queda mudo, en silencio, sin palabras para hablar o escribir, colapsado, desbordado y en obligado silencio tratando de entender, de asimilar, de mantener la calma para poder aprender y pensar en cómo dar el siguiente paso. Y lo damos.



domingo, 26 de marzo de 2023

El anuncio del tiempo

Los relojes ocultos del rito inveterado vuelven a señalar prestos la hora en punto. Aquella en que comienza sin retraso posible -allegro cantábile- la sinfonía primaveral por antonomasia una vez afinados los instrumentos y las voces que, obrando el milagro que los sentidos tardan en abrazar, regresan para anunciar lo que ya estaba declarado siglos atrás. 

En el zaguán del anual misterio que desafía sereno los embates del vaivén de los tiempos, sólo cabe dejarse revestir por las indelebles memorias, los pasos de ida y vuelta, la espadaña centinela, la cera blanca y morada, el azahar en la noche milenaria y la saeta rezada. Es un atreverse a soñar sin medida, como aquel niño rubio que iba de la mano sabiendo que en ella cabía todo.   




martes, 29 de marzo de 2022

Lo que te pasa, lo que te quedas

 

Tienes el privilegio de caminar por la más lejana memoria de la ciudad acompañando a las devociones que tiempo atrás te convocaron en silencio a su vera, y sin embargo son ellas las que te llevan clementes de su mano. Ocurre una vez cada año y aún no entiendes que semejante acontecimiento tiene mucho más que ver contigo que con lo que suceda fuera a tu alrededor. No es que pretendas ser ajeno a ello, pero con la edad tiendes a prestar mayor atención a lo que descubres intramuros de tus dominios. Lo que te pasa por dentro no es exactamente lo que hayas visto y oído a lo largo de las horas que ocupan tu sagrado trance espiritual. No son las melodías, las palabras y conversaciones de unos con otros; no son las innumerables escenas que aparecen frente a tus ojos renovando o desempolvando viejos recuerdos debidamente custodiados. Nada de eso te acercará a los arcanos y profundidades que la noche milenaria de incienso y azahar guarda para ti. Lo que se te queda para los restos, capa sobre capa, surge en tu interior. Ahí se halla toda explicación que quieras buscar a este insondable misterio después de darle todas las vueltas que se te vengan al pensamiento.

Es un encuentro contigo mismo y con Dios a través de la dulce mirada y el contraposto de ese Hombre en majestad que abraza sin descanso el trono arbóreo que los siglos han convertido en un pentagrama de gules prendido en tu pecho. Verás y escucharás, sin duda, pero también habrá lugar para meditar y rezar. Y todo ello, cuidadosamente mezclado y pasado por el tamiz aquilatador de la eterna Madrugada, será justamente lo que te llevas, lo que verdaderamente te marca para siempre, porque esto es para siempre desde el primer día en que fuiste dichosamente admitido como uno más. Es un volver a tu yo más íntimo y privado, ese que nadie sospecha entre la vorágine de los días amontonados en un sencillo cuaderno de maestro. Pero llega una noche como ésta y entonces ese yo queda al descubierto por la Luz hasta el alma porque ante la Luz nada se esconde, nada se oculta y tú ya lo sabes, hace mucho tiempo que lo sabes y por eso lo esperas paciente como alivio y descanso a tantas cruces de sombra alargada que se agolpan entre tu espalda y tu conciencia. Eso es lo que buscas, eso es lo que te pasa y es lo que te quedas.